
No tiene nada, puede que encuentre un par de monedas sueltas, perdidas, en algún bolsillo. En un bolsillo de la ropa de invierno que estos días salvará del olvido estival. Es tímida, se observa a sí misma en blanco y negro cuando busca a alguien en el espejito de su pequeño cuarto de baño.
Tiene miedos, se siente pequeña, diferente al resto del mundo. Sabe que está sola, que no tiene a nadie, bueno, tiene a Bobo, su pez payaso... No tiene nada, pero día a día, aunque su vida sea en blanco y negro, en una breve gama de grises, se pone ropa de color, que lavó una y otra vez, que tendió con mimo al sol, porque el sol le da fuerza, y la lluvia romanticismo, porque el mundo es de colores, y ella... Sabe que algún día recompodrá la paleta de colores que se rompió cuando nació... Ella la guarda, y cuando esté preparada...
No quiere dejar de ser ella,no le importa no tener nada, ama a Bobo, quiere seguir encontrando pequeños tesoros en la ropa de otras temporadas, y remendando calcetines, pero necesita romper con la maldición, la maldición de la palidez eterea de su piel de color perla...