lunes, 31 de agosto de 2009

Amanece en el Triunfo




Como primera foto tras un largo tiempo de silencio... he elegido esta. Está tal cual, sin ningún tipo de retoques, ni procesados.

Así eran los amaneceres en el Triunfo. Sobre las 5 de la mañana unos negros y estúpidos mirlos golpeaban sus picos en el cristal de la habitación. La única estancia de la casa.
Con el frío polar metido en cada uno de mis huesos, salía de mi saco envuelta en varias de capa de ropa, y me asomaba por la ventana. Cada mañana, esta era la estampa. Siempre parecía que iba a salir el sol, que podríamos conocer el lado azul del cielo, sin embargo... una fina y persistente lluvia insistió en acompañarnos todos y cada uno de los días. Sin tregua, sin descanso.

Me gustaba la calma y la tranquilidad que emanaba nuestro pequeño hogar. A pesar de que hacía un frío horrible, sin calefacción de ningún tipo, sin comodidades, ni una silla, solo un gran banco de tosaca madera, sin horno en el que hacer comidas ricas,(o comidas simplemente) o usar como estufa, sin comidas ricas, el rey de la dieta de este verano, ha sido sin duda... El arroz blanco (útil en desayunos, comidas y cenas), maíz para palomitas (canguil) algunas patatas y si podíamos bajar a comprar algún tomate y pimientos...

A pesar de que el proyecto no era lo esperado, sin organización ni coordinación...
Con una ducha que parecía el volcán Tungurahua, con chorros irregulares de agua hirviendo, o congelada, a veces sin gas para un té, o para activar el volcán, con la ausencia del Sr Sol, y de los míos...

Me gustaba y hacía sentir maravillosa, esa mirada a la mañana, ese verde bajo el manto de agua, esas botas de agua que me esperaban para poder salir y no acabar de barro hasta las rodillas.

Trabajaré la foto, pero así, tal cual... me gusta mucho tb