domingo, 30 de septiembre de 2012

Gigantes derrumbados

He quedado para dar un paseo por la playa, Tuca, Joanna y yo. Cogíamos la cámara e íbamos a pasear por la playa del Saler. Algo chulo y habitual para un domingo por la mañana. Además Joanna había visto en las noticias algo de unos barcos encallados cerca del puerto de Valencia. De camino, hablando de nuestras cosas, nos damos cuenta que hay mucho más tráfico de lo habitual para un domingo a estas horas.... Serán los barcos lo que atrae tanta gente????  En la rotonda, vemos una familia de caballos, 3 grandotes y de un negro precioso, ¿serán de tiro?, y varios potrillos trotando alrededor, comiendo y bebiendo en un arrozal ya segado. Entre ellos vemos un potrillo especial, todos son negros, menos la hembrita joven, que tiene el lomo blanco a motas negras... parece una flamenca orgullosa.

Retiramos el coche al arcén, de un caminito por el que no pasa nadie, y bajamos para hacer nuestras primeras fotos. Me encanta eso de parar en el camino a hacer una foto, a estirar las piernas, oler el aire de más cerca, y notar tierra bajo mis pies. Es un pequeño alto en el camino, nadie me dirá que no puedo parar por una vez el ritmo de lo que pasa alrededor. Para todo, y estoy ahí, junto a los caballos, dispuesta a enviarte una foto. Me gusta la sensación de libertad que me da parar fuera del asfalto, en medio de la carretera, donde todos tiene prisa por llegar a algún sitio... Pero Yo, decido parar, y lo hago... continuaré más tranquila, con mens prisas...

Me preparo, cruzo, bajo y...Qué raro, la maquinita no responde... ostras!!!!! primera oliviada del día! Me he dejado la bateria cargando!!!!!!  GRRRRR   Bueno, no pasa nada.... haremos las fotos con el móvil, estoy aquí, con los caballitos. Todo se ha detenido por un momento, es el objetivo, con el movil!!!

Volvemos al coche y llegamos a nuestra habitual zona de paseo, y.... ni en el primer día de apertura de IKEA Murcia, que hubieron retenciones de más de 6km en la autovía.... Ni en las rebajas de Zara... nunca he visto aquí a tantisima gente.

Caminamos en el pasillo que va, con cuidado de no invadir el de los que vienen, que esto parece el metro de Beijing...

Divisas esa mole, flanqueada por otra algo más pequeña, ves cómo la gente va en su busca, ves como las olas golpean altaneras contra el casco del más pequeño.... y es sorprendente. La semana pasada, manejaba la botavara del catamarán a escasos metros de aquellos gigantes. Eran enormes, robustos, altaneros. Desde abajo uno se sentía tan pequeñito, tan frágil, tan poca cosa.... y hoy, justo una semana después, los veo ahí, varados, indefensos, golpeados por un oleaje, los siento asustados, tiene miedo, todos los señalan, y ellos eran orgullosos, grandes, poderosos...

Miro a la gente, hacía años que no veníamos un domingo a pasear, oigo que dice una señora a su marido. Claro, nos hemos hecho de ciudad, ya no nos acordamos de lo que tenemos cerca, de la belleza natural de las cosas, no tenemos tiempo para mirar y admirar lo que nos rodea, no... necesitamos que algo importante pase para ir a mirar, algo fuera de lo normal, si no... desgraciadamente no vemos. El reloj y el estress son dueños de nuestra vida, el trabajo, el cansancio, la rutina, la tristeza, el malhumor, o el poder de aspiración que tiene el asfalto de la ciudad.

Tenemos que aprender a mirar lo que tenemos, a cuidarlo, nuestros bosques, nuestra costa, se nos come el asfalto, el whatsapp y el reloj. PEro solo una cosita...no vayamos todos, al mismo sitio y al mismo lugar, que el Corte-Inglés me estresa cualquier día de la semana, imaginate un domingo!!!!